Monte - Rosa

De la infancia brota un recuerdo, una memoria que al olvido burla y se logra de escapar; viene a toda prisa, empolvada, recorriendo un camino construido treinta y tantos años atrás, un camino sin asfalto, un callejón de tierra y nada más.

Tan largo es el camino, que por un minuto se detiene a descansar, se quita un poco el polvo, se arregla como puede su vestido y a un lado del camino, de su armónica como un suspiro, una suave melodía se logra de escuchar.

Bebe tal vez un poco de vino –tal vez no, seguro que fue vino- fija la mirada al frente y decidida sale a atacar nuevamente ese camino construido treinta y tantos años atrás, un camino sin asfalto, un callejón de tierra y nada más.

A su paso encuentra otra memoria y otra más y alegres se unen a su marcha y a cada instante aparece una nueva compañera cada vez con menos polvo, pero siempre con el mismo vestido, un fino rebozo de oro tejido en San Antonio Soledad.



Ahora ya se ha armado un alboroto, tantas memorias para recordar, incluida la pequeña que del olvido se lograra de escapar. Es un camión rojo dando vuelta en un camino construido treinta y tantos años atrás, un camino sin asfalto, un callejón de tierra y nada más.



Miguel García.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Oculto

Cobardía

El encuentro