Recordando
Hoy me abraza el
recuerdo de una tarde sombría, hacia un poco de viento y agonizaba el día, me
sentí valiente y empuñé mi espada que en mi alma con mil palabras fue forjada. Nadie
osaba interponerse en mi camino, ¿Cómo hacerlo? si me abrazaba el manto de la
causa justa. La verdad daba fe a mis palabras. Palabras que escapaban de su
claustro al verme reflejado en tu mirada.
Pero como saber
que eso a ti no te importaba, pues no encontraste valor en la ofrenda que te
daba, que preferías una dulce y frágil mentira, que, aunque efímera, a tu oído endulzaba.
Yo te ofrecí una sólida verdad amarga que al amor liberaba. Fue ahí en ese doloroso
momento cuando el sol yacía casi muerto que advertí. No fue la flecha de cupido
la que se enterró en mi pecho, era la flecha envenenada del olvido que me apartaba
para siempre de tu camino.
Hoy me abraza ese
recuerdo, de esa tarde sombría, cuando hacia un poco de viento y yo, yo agonizaba
como el día.
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