Mi Derrota

 

Acepto mi derrota, se bien que perdí,

aun pagando estoy caro mi derrota,

aposte con ansia loca, ansia juvenil,

y la pena de esta vida seguirá en la otra.

 

Pero ¿Quién puede decirle no al mes de abril?

Y me veías caer de lo alto una vez tras otra,

así la libertad se apoderó de mí,

ofreciendo su mano tan cálida y hermosa.

 

Y hoy a media noche por fin lo comprendí,

vencido en una cama húmeda, vacía y rota,

cuando no había sol y tampoco había abril.

Nade sin saber que lo hacía en mar sin costa.

 

Los tesoros que yo poseía los perdí

hundidos en aquel profundo mar sin costa.

Pero, aun así, no puedo ser más feliz,

 abrazado al alba por mis hijos y mi esposa.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Cobardía

El encuentro

Oculto