Una tarde en la playa

 

El viento acaricia tu mejilla,

baila con cada mechón de pelo,

es niño que brinca de alegría,

eres como su juguete nuevo.

 

Profundo es el mar de tu mirada,

su playa tus parpados de arena

donde cada tarde yo paseaba,

olvidando mi dolor, mi pena.

 

Labios carmesí de primavera,

turgentes, llenos de el agua nueva.

Sus besos dan vida, vida plena.

De este paraíso soy Adán tu Eva.

 

El viento aún continúa bailando,

en la playa ya se ven las estrellas.

La primavera me ha abandonado.

Solo me queda el recuerdo de ella.

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